Para entender la Baeza de hoy, hay que remontarse a los primeros pobladores, y ver cómo a partir de estos asentamientos se fue originando la ciudad hasta establecerse como urbe amurallada medieval, motivado por una privilegiada situación geográfico-defensiva.
La conocida plaza de los Leones o del Pópulo es una de las plazas más importantes de Baeza. Se terminó de reorganizar en los años sesenta, fecha en la que algunos de los elementos urbanos son reubicados. Anterior a esta nueva disposición, la conocida como plaza Baja era una prolongación de la plaza del Mercado o Paseo.
La puerta de Azacaya o de Jaén es uno de los ejemplos esparcidos por el tejido urbano de la que fuera ciudad amurallada medieval. El espacio donde se levanta fue el paso obligado de salida hacia Jaén, y además lugar desde donde partían las tropas a conquistar el último bastión musulmán.
Durante buena parte del siglo XVI fue la fuente principal de la ciudad, también llamada de la Taza. Se trata de una fuente de taza mixtilínea con curvas en las esquinas, que consta de dos parejas de felinos y équidos, y una figura clásica femenina encima de columna.
Se construye hacia 1535, para lo que hubo que tirar el muro cercano a la puerta de Jaén, con la condición de no destruir la capilla de la Virgen del Pópulo, consolidada como recuerdo de la primera misa que se celebró tras la conquista.
El edificio fue construido durante el reinado de Carlos I. Enclavado originariamente extramuros pasando la puerta de Jaén, fue reubicado en los años sesenta por la Dirección General de Bellas Artes en su actual ubicación, para establecer una plaza regular y ordenada. El edificio no se podía reconstruir manteniendo la misma configuración, ya que la plaza era menor que su original emplazamiento, así que la solución fue “doblar” los extremos replegándolos sobre los laterales.
El origen de la fundación hay que entenderlo en la figura de San Juan de Ávila, quien funda bajo la advocación de la Santísima Trinidad “las Escuelas o Colegios” de Letras, que en 1542 se trasforman en Universidad, la cual llegó a convertirse en la más importante de Andalucía. El traslado a la nueva sede se hará en 1568, quedando este edificio destinado a enseñanza de primaria hasta 1814, cuando pasa a ser casa de vecinos hasta 1992, año en que el Ayuntamiento rehabilita parte para viviendas y el resto del espacio es destinado para el Museo de Baeza.
Este arco fue otra de las puertas de acceso a la ciudad, también conocida como puerta de las Escuelas o postigo de San León, ya que donde se ubica la Universidad, se encontraba la ermita de San León. El nombre “del Barbudo” se debe a Martín Yánez de la Barbuda, maestre de la orden de Alcántara, quien, dice el testimonio de la tradición oral, en 1394 salió por esta puerta con un importante ejército para luchar contra los musulmanes granadinos.
La segunda sede de la Universidad, es erigida en el mismo lugar donde se encontraba la ermita de San León, para solventar los problemas de espacio que existían en la primera ubicación. El edificio estaba terminado en 1593, y mantuvo sus funciones hasta 1824 cuando queda suprimido definitivamente por Real Decreto. Posteriormente fue Colegio de Humanidades e Instituto Libre, donde Antonio Machado impartió clases. Por último se convirtió en Instituto de Enseñanza Secundaria.
Es una construcción del siglo XVI, creada por la Corona y situada a espaldas de la alhóndiga. Ambos edificios estaban comunicados entre sí y éste servía de almacén de grano.
Obra que data del s. XIII de estilo tardo románico y que se conserva tras la conquista cristiana. El exterior es austero, destacando sus dos portadas con arquivoltas de medio punto. La principal procede de la antigua iglesia de San Juan Bautista.
Frente a la Iglesia de Santa Cruz se levanta el Palacio de Jabalquinto, uno de los máximos exponentes del estilo gótico Isabelino, mandado construir a finales del siglo XV por Juan Alfonso de Benavides, primo segundo de Fernando el Católico.
Es el edificio más representativo de la plaza. En este enclave se cree que pudiera haber existido un templo romano, posteriormente trasformado en visigodo hasta la llegada de los musulmanes, que construyen la mezquita Aljama. En 1227 pasa a ser, bajo la advocación mariana de “la Natividad”, sede Catedralicia.
Es un edificio de finales del siglo XV, propiedad de Gil Bayle de Cabrera, quien lo cede al Concejo para que sea sede del Ayuntamiento. En 1838 fue archivo municipal, hasta 1970, y desde 1991 fue conservatorio, actualmente está cerrado a la espera de una pronta restauración.
Estamos en el centro civil y religioso de la ciudad del momento, de ahí que para la conmemoración de la traída de las aguas a Baeza se realizara aquí esta fuente exenta, a modo de arco de triunfo en el año 1564, de la mano de Ginés Martínez de Aranda.
El seminario fundado en 1660 por el Obispo Fernando de Andrade y Castro bajo la dirección de los padres del Oratorio de San Felipe Neri. En 1921 el seminario mayor es trasladado a Jaén y en 1969 se cierra definitivamente. En 1990 se reabre como sede de la Universidad Antonio Machado.
Este palacio, fechado en 1804, se construyó por José Cayetano Rubín de Ceballos y es muestra de la arquitectura neoclásica en Baeza.
Algunos restos quedan del templo tardorrománico que llegó a ser en su día una de las parroquias más importantes de la ciudad intramuros, como muestran sus naves y ábsides.
Fue sin duda la puerta mejor fortificada de toda la ciudad amurallada, conducía al camino de Úbeda, y delante de la cual había una gran plaza de armas.
Los Jesuitas llegan a Baeza en 1570 y comienzan a construir un colegio con una primera sede en la calle de las Minas. Años después, ante los problemas de espacio, se trasladan a su actual ubicación.
Es una de las torres más importantes del recinto amurallado musulmán del siglo XII por su ubicación estratégica, ya que desde este torreón se controlaba la barbacana y la derribada Puerta del Cañuelo (en la actual calle Compañía).
La Alhóndiga es un edificio de fundación y control municipal. Fue erigido en siglo XVI para dar respuesta a las necesidades sociales y económicas del momento.
En 1684, el corregidor Fernando Ladrón de Guevara propone al Cabildo “Buscar sitio para ver las fiestas de Toros y hacer casas de Comedias”. Tras muchas dificultades finalmente se levanta este pequeño edificio inaugurado en 1701, con una doble galería de arcos de medio punto, con columnas pareadas de fondo de capiteles dóricos. Fue balcón desde donde admirar las corridas de toros y otras fiestas.
Para comprender la época de esplendor de Baeza hay que adentrarse en los diferentes barrios que tras la conquista empezaron a emerger. La nueva Baeza cristiana, comienza a crecer extramuros, sobrepasando la línea de la ciudad amurallada medieval, y en donde se levantan nuevos edificios públicos y privados, siendo los religiosos los más representativos.
Este edificio fue construido en 1520 como cárcel a instancias de Carlos I, debido a las malas condiciones de la anterior, y posteriormente ampliado el edificio en 1559 con la construcción de la casa del Corregidor para una mayor vigilancia. Desde 1867 alberga el Ayuntamiento, y en 1917 es declarado monumento.
Esta obra podía haber sido una de las más trascendentes del renacimiento andaluz, pero por una serie de infortunios no ha llegado a nuestros días completa. La bóveda de la capilla mayor quedo arruinada por el terremoto de Lisboa en 1755, entre otros. También sufrió transformaciones tras la desamortización y la instalación del “Teatro Liceo”. Finalmente entre los años 50-70 del siglo XX se reorganiza su entorno con los derribos de las casas adosadas a la iglesia y del teatro.
Este edificio religioso fue el hospital de enfermedades no infecciosas y estuvo en funcionamiento desde el 1529 hasta 1940, cuando pasa a ser colegio menor de los Carmelitas. Actualmente sólo queda la iglesia, ya que el resto se reconstruyó y destinó a hotel.
Entre los siglos XIV y XV se comienza a construir una de las parroquias más importantes de la ciudad nueva. Será el núcleo centralizador desde el cual partirá uno de los barrios más importantes, donde la nobleza baezana se establecerá con construcciones palaciegas y casas solariegas.
Palacio construido por Juan Rubio de Salcedo a principios del XVI, de estilo renacentista con influencias góticas.
Fue mandado construir a finales de siglo XV por la familia de Sánchez Valenzuela. Tras varias generaciones ocupándolo, en 1752 los Condes de Gabia lo ceden a la orden de clausura de las monjas mínimas de San Francisco de Paula de San Ildefonso, quienes lo disfrutaron hasta 1835, momento en que son expulsadas con la Desamortización de Mendizábal, pasando a ser Casino de la ciudad hasta nuestros días.
Fue construida para don Fernando de Acuña y Valenzuela, y su mujer, doña Juana de León Navarrete. El edificio es de finales del XVI de estilo manierista, y sigue el mismo modelo de todas las casas de la calle. La ventana está flanqueada por dos pilastras jónicas, con la heráldica de la familia de los Acuña y de los León, así como la cruz de Calatrava en el centro.
Se trata de una casa solariega de principios del siglo XVI. Se comienza a construir cuando la familia se desplaza al barrio extramuros, cediendo al Concejo su anterior casa ubicada en la plaza de la Catedral. Hoy son conocidas como las Casas Consistoriales altas. Lo que podemos ver de la casa original es una portada de puro estilo plateresco, con las armas heráldicas de los Cabrera y Alférez.
Se construyó en 1892 en un lenguaje claramente ecléctico, utilizando el neo mudejarismo como estilo, donde predominan los arcos de herradura. Algunos de los materiales fueron reutilizados de iglesias y bienes abandonados tras la desamortización.
Aquí se ubicaba un complejo que funcionó como colegio-seminario desde los primeros años del siglo XVII hasta la desamortización, cuando fue demolido, salvándose únicamente la iglesia. El entorno construido en la actualidad está destinado a residencia de ancianos.
Tiene su origen en la fundación en el siglo XIV por los monjes franciscanos del convento de San León, abandonado años después y reformado por las monjas de Santa Clara, quienes dejarían su convento del barrio de San Juan, por este más amplio. Por ello en su fábrica se observa la evolución de los estilos.
Es uno de los ejemplos de la arquitectura ecléctica en Baeza. Fue mandado construir en 1875 por la familia de los Vela de Almazán.
Fue fundado en 1568 por el presbítero Don Núñez Marcelo como convento de la Orden de San Agustín. La iglesia, de una sola nave, es de mediados del siglo XVII. Se accede a ella por una portada de arco de medio punto con un relieve de la Magdalena penitente; en las enjutas los relieves de la Fe y de la Fortaleza. Como bienes muebles hay que destacar de manera especial el Cristo de la Caída, del XVII, obra atribuida a José de Mora.
Edificio de comienzos del siglo XVI que ostentó el título de Colegiata desde 1764 hasta 1852.
Fue fundado en 1599 en el lugar donde existió el antiguo hospital de la Encarnación.
Los primeros frailes trinitarios se asentaron en Baeza en 1607 en la calle de las Platerías, y en 1615 se les da licencia para edificar una nueva sede, cuya construcción finaliza en el siglo XVIII.
La construcción que da unidad al edificio es del siglo XV, fecha a partir de la cual comienzan algunas remodelaciones. La portada de ingreso es del siglo XIII, de estilo tardorománico y es probable que perteneciera a otra Iglesia.
Fundación de comienzos del siglo XVI dedicada a la cura de enfermos. En 1791 se extingue la Orden de San Antonio Abad, por lo que sus bienes son trasladados al hospital de la Concepción y se destina a casa de niños expósitos.
Esta ruta en torno a la figura del poeta sevillano y su relación con Baeza no le dejará impasible.
Nos encontramos en el pasaje Cardenal Benavides, donde está situado el histórico edificio de las Casas Consistoriales. Aquí, en el edificio que hace esquina con la calle de Gaspar Becerra, es donde vivió Antonio Machado, junto con su madre. Actualmente es de propiedad privada.
El edificio al que nos referimos era el que ocupara “la asociación de Artesanos” de Baeza en la calle Concepción. Esta sociedad desapareció, así como sus dependencias. En ese espacio es donde tuvo lugar una velada con Federico García Lorca.
La farmacia de Almazán, en cuya rebotica se celebraba una tertulia a la que asistía con frecuencia el poeta, estuvo situada en la calle de San Francisco, frente a las Ruinas del Convento del mismo nombre, muy cerca de la casa de Antonio Machado. Esta farmacia estuvo en funcionamiento hasta los años setenta del pasado siglo XX, y posteriormente demolido el edificio donde se encontraba.
Continuamos hacia la calle de San Pablo y encontramos frente al Nuevo Casino la mencionada escultura sedente de Machado. Se trata de una escultura que representa al poeta leyendo en un banco de la céntrica calle de San Pablo. Esta ubicación es uno de los principales puntos neurálgicos de Baeza y supone un homenaje permanente de la ciudad al poeta. De reciente ejecución, se inauguró en 2009 y el autor del conjunto es Antonio Pérez Mohedano.
En el siglo XVI se funda la universidad baezana y en el XVII se traslada a la ubicación en la que nos encontramos. Durante los siglos XVII y XVIII tendrá momentos de esplendor y grandeza junto con las otras universidades de Andalucía: Sevilla, Granada y Osuna, pero en el siglo XIX llega su decadencia, recibiéndo el primer anuncio de supresión en julio de 1807. Tras diversos resurgimientos y cambios de titularidad, en el año 1875 pasa a ser un Colegio de Humanidades que pronto será Instituto de Segunda Enseñanza. Será en 1912, siendo director don Leopoldo de Urquía, cuando llegue Antonio Machado a Baeza, evadiéndose del fallecimiento de su esposa Leonor.
La Universidad Internacional de Andalucía homenajeó al poeta sevillano en el 70 aniversario de su muerte, quedando para la posteridad el "espacio machadiano". Se trata de uno de los rincones de los jardines de la sede de la UNIA, donde se instaló un busto de Antonio Machado. Es una escultura de mediados de los años 90 esculpida por el artista Melchor Zapata.
En 1966 un numeroso número de intelectuales quisieron homenajear a Antonio Machado en Baeza. Sufragada por muchos voluntarios, se realizó por el escultor Pablo Serrano una cabeza de bronce para enmarcarla en un cubo de hormigón que diseñó el arquitecto Fernando Ramón y que se colocaría en el paseo de las murallas, por donde tantas veces paseó el poeta. Para aquel día Joan Miró diseñó un cartel conmemorativo y se editó un disco con las locuciones de Fernando Fernán Gómez, Francisco Rabal y Fernando Rey, pero por cuestiones políticas no pudo colocarse en esta ubicación hasta 17 años más tarde. Sería el 10 de abril de 1983 cuando se homenajearía a Machado con la inauguración de la escultura, instalada en el Paseo de las murallas, que a partir de ese día pasó a llamarse: “Paseo de Don Antonio Machado”.
A lo largo de este apacible paseo de Don Antonio Machado inaugurado en 1983, se puede pasear viendo el valle del Guadalquivir y los picos de sierra Mágina, a la vez que ir leyendo unas cartelas de piedra con poemas del poeta.
Para entender la Baeza de hoy, hay que remontarse a los primeros pobladores, y ver cómo a partir de estos asentamientos se fue originando la ciudad hasta establecerse como urbe amurallada medieval, motivado por una privilegiada situación geográfico-defensiva.
En el conocido “Cerro del Alcázar”, es donde se asentaron las primeras poblaciones. Actualmente es un yacimiento arqueológico que presenta una secuencia ocupacional muy amplia, iniciándose en la edad del Bronce, evolucionando a la ciudad ibérica de Viatia o Vivatia, como muestran los restos de materiales encontrados, pasando a época romana, cuando Biatia fue una de las ciudades romanas más importantes y hasta la llegada de los musulmanes, quienes fueron conformando los límites murarios definitivos.
La que fuera muralla medieval se consolida incorporando torres y puertas que daban paso a los caminos de ciudades. Las denominaciones se han conservado con el paso del tiempo, como la Puerta de Toledo, la Puerta de Úbeda o la Puerta de la Azacaya, esta última también llamada Puerta de Jaén, que es en el enclave en el que ahora nos encontramos.
Los restos que han quedado de la muralla son de la época musulmana, aunque algunos de ellos fueron rehechos en el siglo XVI, ya que en 1476 la Reina Isabel la Católica manda derribar murallas, torres y puertas, con el objeto de poner fin a las disputas internas entre las familias aristócratas de los Carvajales y Benavides, por tomar el control del Concejo y la Alcaldía del Alcázar.
Los barrios extramuros se originarán entorno a los hitos religiosos, sobre todo en el Renacimiento, época de mayor brillantez de toda la historia baezana. Según el profesor Policarpo Cruz: “Baeza adquiere su fisonomía monumental como uno de los núcleos señeros entre las ciudades medias andaluzas”.
La conocida plaza de los Leones o del Pópulo es una de las plazas más importantes de Baeza. Se terminó de reorganizar en los años sesenta, fecha en la que algunos de los elementos urbanos son reubicados. Anterior a esta nueva disposición, la conocida como plaza Baja era una prolongación de la plaza del Mercado o Paseo.
Próximo a este espacio se encontraba la plaza del Pescado, con los Bodegones de la ciudad, donde se vendía vino, pescado y carne.
La puerta de Azacaya o de Jaén es uno de los ejemplos esparcidos por el tejido urbano de la que fuera ciudad amurallada medieval. El espacio donde se levanta fue el paso obligado de salida hacia Jaén, y además lugar desde donde partían las tropas a conquistar el último bastión musulmán.
El arco de Villalar data de 1521 y conmemora la victoria de las tropas imperiales de Carlos I en la batalla de Villalar sobre los Comuneros de Castilla. Fue mandado construir por la Familia de Los Carvajales, fieles al emperador.
Ambos fueron reconstrucciones posteriores a 1476, cuando Isabel la Católica ordena derribar los lienzos de muralla, puertas y torres. Posteriormente la puerta de Jaén se volvió a levantar y fue decorada con el escudo imperial y el escudo del corregidor para la llegada de Carlos I tras su viaje de novios con Isabel de Portugal en 1526, otorgándole a esta plaza un signo representativo.
Durante buena parte del siglo XVI fue la fuente principal de la ciudad, también llamada de la Taza. Se trata de una fuente de taza mixtilínea con curvas en las esquinas, que consta de dos parejas de felinos y équidos, y una figura clásica femenina encima de columna.
Según algunos historiadores, estas esculturas pertenecen a la cercana ciudad romana de Cástulo, y la figura femenina sería Imilce, la mujer de Aníbal (la cabeza de ésta fue destruida durante la Guerra Civil).
Se construye hacia 1535, para lo que hubo que tirar el muro cercano a la puerta de Jaén, con la condición de no destruir la capilla de la Virgen del Pópulo, consolidada como recuerdo de la primera misa que se celebró tras la conquista.
El edificio consta de dos plantas. A la baja se accede desde la plaza del Pópulo a través de seis puertas, cada una de las cuales correspondía a una Escribanía. Observamos aquí el escudo de la ciudad, columnas y leones como decoración.
A la planta primera, o Audiencia, se accede a través de una puerta adintelada en la parte trasera. En el centro aparece el escudo imperial, acompañado por el del corregidor Guevara y el de Baeza, y cinco medallones con relieves de personajes de la antigüedad clásica. Se remata con una cornisa muy decorada a base de rosetas, canecillos y tres gárgolas.
El edificio fue construido durante el reinado de Carlos I. Enclavado originariamente extramuros pasando la puerta de Jaén, fue reubicado en los años sesenta por la Dirección General de Bellas Artes en su actual ubicación, para establecer una plaza regular y ordenada. El edificio no se podía reconstruir manteniendo la misma configuración, ya que la plaza era menor que su original emplazamiento, así que la solución fue “doblar” los extremos replegándolos sobre los laterales.
Consta de dos cuerpos diferenciados y separados por un entablamento decorado con rosetas.
El edificio era la carnicería, con su matadero en planta baja y su zona de venta en la superior. Posteriormente ha sido utilizado como secadero de pieles, archivo municipal, museo y espacio para juventud. En la actualidad es sede de los juzgados.
El origen de la fundación hay que entenderlo en la figura de San Juan de Ávila, quien funda bajo la advocación de la Santísima Trinidad “las Escuelas o Colegios” de Letras, que en 1542 se trasforman en Universidad, la cual llegó a convertirse en la más importante de Andalucía. El traslado a la nueva sede se hará en 1568, quedando este edificio destinado a enseñanza de primaria hasta 1814, cuando pasa a ser casa de vecinos hasta 1992, año en que el Ayuntamiento rehabilita parte para viviendas y el resto del espacio es destinado para el Museo de Baeza.
El edificio ha llegado a nuestros días sólo con la portada de entrada a la capilla con inscripción en el entablamento haciendo alusión a la Santísima Trinidad, y con la parte abovedada posterior; el resto está totalmente trasformado.
Con el actual Museo de Baeza se pretende poner en valor la historia local, y en él podemos encontrar materiales de todas las épocas que conforman la historia de Baeza, desde ajuares funerarios de la Edad de Bronce hasta fotografías de Domingo López que reproducen la Baeza del XIX.
Este arco fue otra de las puertas de acceso a la ciudad, también conocida como puerta de las Escuelas o postigo de San León, ya que donde se ubica la Universidad, se encontraba la ermita de San León. El nombre “del Barbudo” se debe a Martín Yánez de la Barbuda, maestre de la orden de Alcántara, quien, dice el testimonio de la tradición oral, en 1394 salió por esta puerta con un importante ejército para luchar contra los musulmanes granadinos.
Está construido en mampostería, con vano de medio punto con dovelas radiales.
En el lado izquierdo hay una hornacina con un lienzo de la Virgen con Niño con unas oraciones del obispo Don Benito Marín fechadas en 1758. En todas las ciudades conquistadas se dejaba constancia de este hecho en la contrarreforma barroca.
La segunda sede de la Universidad, es erigida en el mismo lugar donde se encontraba la ermita de San León, para solventar los problemas de espacio que existían en la primera ubicación. El edificio estaba terminado en 1593, y mantuvo sus funciones hasta 1824 cuando queda suprimido definitivamente por Real Decreto. Posteriormente fue Colegio de Humanidades e Instituto Libre, donde Antonio Machado impartió clases. Por último se convirtió en Instituto de Enseñanza Secundaria.
La estructura responde a la tipología propia de los palacios renacentistas: un gran patio con doble arcada con caja de escalera cubierta con cúpula acasetonada. En el patio se encuentra el paraninfo. Se completa este conjunto con la capilla de San Juan Evangelista, de una sola nave con bóveda de medio cañón. La torre, se eleva con planta cuadrada hasta el nivel del tejado, punto desde donde pasa a ser octogonal. La fachada es de sillería con decoración barroca.
El aula donde impartió clases Antonio Machado, desde su llegada en 1912, hasta 1919, aún se conserva en el patio columnado. En esta Andalucía alta, que tan “húmeda y fría” le pareció en un principio, ahondó sus raíces filosóficas y escribió parte importante de su obra.
Es una construcción del siglo XVI, creada por la Corona y situada a espaldas de la alhóndiga. Ambos edificios estaban comunicados entre sí y éste servía de almacén de grano.
Ante el aumento poblacional en la época de esplendor hubo que ampliarlo, diferenciándose el pósito nuevo del viejo, ambos construidos a lo largo de la barbacana.
Los restos que quedan de este espacio, son algunos arcos de la antigua bóveda que conformaban el edificio. En la actualidad la mayor parte se ha destinado a viviendas, y el resto a Centro de Interpretación del Renacimiento, donde se ha pretendido crear un ambiente de aprendizaje creativo, buscando revelar al público el significado del legado cultural e histórico de la Baeza del renacimiento.
Obra que data del s. XIII de estilo tardo románico y que se conserva tras la conquista cristiana. El exterior es austero, destacando sus dos portadas con arquivoltas de medio punto. La principal procede de la antigua iglesia de San Juan Bautista.
El interior consta de tres naves. En 1990 fueron descubiertas unas pinturas murales de los s. XV y XVI que han sido recientemente restauradas. En la misma restauración apareció, en el lado de la epístola, un arco de herradura de estilo visigodo, lo que hace pensar que en este mismo emplazamiento existiese un antiguo templo cristiano, sobre el que se construyó el actual.
Frente a la Iglesia de Santa Cruz se levanta el Palacio de Jabalquinto, uno de los máximos exponentes del estilo gótico Isabelino, mandado construir a finales del siglo XV por Juan Alfonso de Benavides, primo segundo de Fernando el Católico.
El gótico Isabelino lo encontramos en el exterior, con decoración a base de puntas de diamante, clavos de piña, frondas, florones, lazos, pináculos, mocárabes y escudos heráldicos.
La fachada se remata por cinco arcos de medio punto de época renacentista, al igual que el patio, de finales del s. XVI. Está formado por doble arquería de medio punto con columnas de mármol. La escalera es plenamente barroca.
Hoy es sede Internacional de la Universidad Antonio Machado.
Es el edificio más representativo de la plaza. En este enclave se cree que pudiera haber existido un templo romano, posteriormente trasformado en visigodo hasta la llegada de los musulmanes, que construyen la mezquita Aljama. En 1227 pasa a ser, bajo la advocación mariana de “la Natividad”, sede Catedralicia.
En el s. XVI se hace una reforma, que será la que imprima al edificio el sello renacentista vandelviriano. La portada fue trazada en 1587 por Juan Bautista Villalpando, con el relieve de “la Natividad de la Virgen”.
El interior alberga numerosos bienes muebles de gran calidad y expuestos en el museo catedralicio del Bello Claustro.
Se cree que la base de la torre fuera el alminar de la mezquita, añadiéndole en tiempos de Vandelvira el cuerpo de campanas y la cubierta, que se desplomó en 1862 y se restauró con un chapitel de pizarra a cuatro aguas, el cual se cambió en los años cincuenta.
Es un edificio de finales del siglo XV, propiedad de Gil Bayle de Cabrera, quien lo cede al Concejo para que sea sede del Ayuntamiento. En 1838 fue archivo municipal, hasta 1970, y desde 1991 fue conservatorio, actualmente está cerrado a la espera de una pronta restauración.
Entre 1511 y 1526 se reforma y amplía el inmueble ante la ruina que amenazaba, de ahí que en el edificio se distingan dos partes, una del gusto gótico florido, con los escudos de armas de la reina Juana la Loca y Felipe el Hermoso, y el cuerpo más elevado del siglo XVI a modo de torreón, con una ventana gótica abierta en tiempos de Carlos I, como se aprecia en el escudo con el águila bicéfala. Además del escudo del emperador están los escudos del corregidor Don Álvaro de Lugo y el de la Ciudad.
Con este edificio, sede del poder civil, se completan las funciones que rigen una ciudad contenidas en la plaza más importante de la Baeza del XVI.
Estamos en el centro civil y religioso de la ciudad del momento, de ahí que para la conmemoración de la traída de las aguas a Baeza se realizara aquí esta fuente exenta, a modo de arco de triunfo en el año 1564, de la mano de Ginés Martínez de Aranda.
Se trata de uno de los ejemplos más deliciosos y bellos de las tipologías de fuentes del siglo XVI. Está formada por un arco del triunfo apoyado sobre cuatro pilastras y ocho columnas, sobre el que se sitúa otro cuerpo coronado por un frontón. Se decora con los escudos de Felipe II y cinco medallones con inscripciones legibles.
El seminario fundado en 1660 por el Obispo Fernando de Andrade y Castro bajo la dirección de los padres del Oratorio de San Felipe Neri. En 1921 el seminario mayor es trasladado a Jaén y en 1969 se cierra definitivamente. En 1990 se reabre como sede de la Universidad Antonio Machado.
Su fachada es severa, de buena sillería, sin adornos, con portada de medio punto, pilastras, con los escudos del fundador. Está llena de vítores con los nombres de los estudiantes y bachilleres que por allí pasaron. Su interior se organiza en torno a tres patios, dos de ellos columnados.
La fachada oriental tiene otro acceso, también de arco de medio punto con la figura de San Felipe esculpida en piedra, que daba paso a la capilla.
Este palacio, fechado en 1804, se construyó por José Cayetano Rubín de Ceballos y es muestra de la arquitectura neoclásica en Baeza.
El interior ha sido reformado y ampliado por la adquisición de edificios colindantes. Posee patio central y capilla de reciente construcción.
Algunos restos quedan del templo tardorrománico que llegó a ser en su día una de las parroquias más importantes de la ciudad intramuros, como muestran sus naves y ábsides.
Estuvo abierta al culto hasta 1843; a partir de esta fecha sirvió de almacén y de cuadra, hasta que el abandono y el expolio la llevaron a su casi desaparición. Los restos de su portada fueron trasladados a la Iglesia de Santa Cruz.
En 2007 fue restaurada, y se ha devuelto a la construcción, en la medida de las posibilidades de los restos conservados, el concepto de “espacio original” de planta basilical con tres naves y tres ábsides.
Fue sin duda la puerta mejor fortificada de toda la ciudad amurallada, conducía al camino de Úbeda, y delante de la cual había una gran plaza de armas.
Contaba con tres arcos junto a la torre albarrana desde donde partían los lienzos de muralla hasta las siguientes torres. En la actualidad sólo se conserva uno, ya que la torre y las murallas fueron mandadas destruir por la reina Isabel para acabar con las disputas de la nobleza local.
En el frente exterior de la torre aún se observa un hermoso escudo de los Reyes Católicos.
En los últimos años se ha levantado una estatua conmemorativa de los 200 ballesteros que murieron en la defensa de la ciudad en esta misma torre.
Los Jesuitas llegan a Baeza en 1570 y comienzan a construir un colegio con una primera sede en la calle de las Minas. Años después, ante los problemas de espacio, se trasladan a su actual ubicación.
El nuevo complejo se comenzaría a construir en el último tercio del siglo XVI. Pronto este edificio sufrirá remodelaciones y ampliaciones, aprovechando la cesión en 1711 de la zona comprendida por la puerta del Cañuelo, situada en la entrada a la actual calle Compañía.
Nunca se llegó a terminar definitivamente, pero sí funcionó como convento de los Jesuitas hasta su expulsión en 1767. A lo largo del tiempo se perdió mucha de la riqueza de este monumento, que se utilizó como cuartel de sementales en 1841 con las consecuentes remodelaciones. Hoy día se observan los arcos de entrada y columnas a los lados, de claro estilo manierista.
Es una de las torres más importantes del recinto amurallado musulmán del siglo XII por su ubicación estratégica, ya que desde este torreón se controlaba la barbacana y la derribada Puerta del Cañuelo (en la actual calle Compañía).
Es, además, uno de los pocos ejemplos que se ha mantenido del recinto amurallado derribado por Isabel la Católica en 1476.
Mide 25 metros de altura y ha sido restaurada en numerosas ocasiones. El reloj se colocó en el siglo XIX, y fue coronada por las actuales almenas en el XX.
La Alhóndiga es un edificio de fundación y control municipal. Fue erigido en siglo XVI para dar respuesta a las necesidades sociales y económicas del momento.
La “Alhóndiga Zaida” era la casa destinada a la compraventa y contratación de granos. Posteriormente también sirvió de Mesón y posada y en 1956 se amplía con la segunda planta. Actualmente es vivienda particular.
En 1684, el corregidor Fernando Ladrón de Guevara propone al Cabildo “Buscar sitio para ver las fiestas de Toros y hacer casas de Comedias”. Tras muchas dificultades finalmente se levanta este pequeño edificio inaugurado en 1701, con una doble galería de arcos de medio punto, con columnas pareadas de fondo de capiteles dóricos. Fue balcón desde donde admirar las corridas de toros y otras fiestas.
La plaza de Santa María anteriormente albergaba el poder religioso y civil, pero con el desarrollo urbano extramuros, y reubicado el nuevo centro social en la plaza del Mercado, se propone el traslado de las casas Consistoriales a este nuevo espacio. Desde 1867 el edificio es destinado a usos administrativos del Ayuntamiento.
Para comprender la época de esplendor de Baeza hay que adentrarse en los diferentes barrios que tras la conquista empezaron a emerger. La nueva Baeza cristiana, comienza a crecer extramuros, sobrepasando la línea de la ciudad amurallada medieval, y en donde se levantan nuevos edificios públicos y privados, siendo los religiosos los más representativos.
La plaza del Mercado, nuevo centro social, es el eje interno desde el que se desarrolla la ciudad mediante un sistema radial de calles principales.
Este edificio fue construido en 1520 como cárcel a instancias de Carlos I, debido a las malas condiciones de la anterior, y posteriormente ampliado el edificio en 1559 con la construcción de la casa del Corregidor para una mayor vigilancia. Desde 1867 alberga el Ayuntamiento, y en 1917 es declarado monumento.
Está compuesto por la cárcel, con una portada más sobria con representaciones de la Justicia y la Caridad, y la casa del corregidor con rica decoración plateresca. En el piso superior encontramos balcones tripartitos con los escudos de Felipe II, del corregidor y de la ciudad. Se remata con cornisa decorada con ménsulas resaltadas con figuras.
El salón de plenos tiene un alfarje renacentista (techo de madera horizontal y entrelazada) procedente del convento de San Antonio.
Cabe mencionar la importancia de la construcción dentro del plateresco andaluz por sus componentes italianas.
Esta obra podía haber sido una de las más trascendentes del renacimiento andaluz, pero por una serie de infortunios no ha llegado a nuestros días completa. La bóveda de la capilla mayor quedo arruinada por el terremoto de Lisboa en 1755, entre otros. También sufrió transformaciones tras la desamortización y la instalación del “Teatro Liceo”. Finalmente entre los años 50-70 del siglo XX se reorganiza su entorno con los derribos de las casas adosadas a la iglesia y del teatro.
En este complejo funerario y conventual Vandelvira derrochó toda su genialidad. De la capilla funeraria sólo se conserva el lateral izquierdo compuesto por un retablo realizado en piedra, con dos relieves que representan la Adoración de los Reyes y de los Pastores, y las capillas bajas con personajes del Antiguo y Nuevo Testamento.
Aún permanece la iglesia de cruz latina, a la que se accede por un gran arco de medio punto que enmarca toda la portada, con relieve de San Francisco y un tondo con la Virgen, que dan paso en la actualidad a un gran auditorio.
También se conserva el claustro del convento, con una escalera de triple arcada, hoy día dedicado a uso hostelero.
Este edificio religioso fue el hospital de enfermedades no infecciosas y estuvo en funcionamiento desde el 1529 hasta 1940, cuando pasa a ser colegio menor de los Carmelitas. Actualmente sólo queda la iglesia, ya que el resto se reconstruyó y destinó a hotel.
La iglesia pertenece a una ampliación en 1625 por parte del Obispo Moscoso. Dentro presenta un relieve de la Inmaculada rodeada por los símbolos de la letanía. El edificio abre portada a la calle San Francisco y tiene otra entrada compuesta por un atrio de cuatro arcos en la esquina con la calle Concepción.
Su interior era de una sola nave y está cubierta por una bóveda de medio cañón y cúpula de media naranja, pero en el siglo XX se le añadió el otro cuerpo, resultando una iglesia en L.
Entre los siglos XIV y XV se comienza a construir una de las parroquias más importantes de la ciudad nueva. Será el núcleo centralizador desde el cual partirá uno de los barrios más importantes, donde la nobleza baezana se establecerá con construcciones palaciegas y casas solariegas.
El resultado es el de una iglesia de estilo gótico con algunas remodelaciones de otros estilos, pero que no afectaron a la unidad del edificio. En la portada estilo tardorenacentista destaca un relieve con la imagen de San Pablo.
En el interior se distinguen tres naves con arcadas apuntadas y con capillas góticas de bóvedas de crucería. La bóveda correspondiente al altar es la más decorada, de crucería estrellada.
En esta iglesia destacan esculturas, pinturas, orfebrería, y su archivo original con documentos de bautizos fechados a partir de 1494, antes de que el Concilio de Trento normalizara el uso de los archivos. También incluye el archivo de la desaparecida iglesia de San Marcos.
Palacio construido por Juan Rubio de Salcedo a principios del XVI, de estilo renacentista con influencias góticas.
Posteriormente el exterior sufrió algunas modificaciones, sobretodo en las que se refieren a la fachada. En la actualidad, está compuesta por tres plantas separadas por molduras y se remata con un alero con gárgolas. Sobre la entrada hay un balcón con los escudos de los Salcedo y Ponce de León a los lados, y en planta superior hay varios escudos de estilo flamenco.
Fue mandado construir a finales de siglo XV por la familia de Sánchez Valenzuela. Tras varias generaciones ocupándolo, en 1752 los Condes de Gabia lo ceden a la orden de clausura de las monjas mínimas de San Francisco de Paula de San Ildefonso, quienes lo disfrutaron hasta 1835, momento en que son expulsadas con la Desamortización de Mendizábal, pasando a ser Casino de la ciudad hasta nuestros días.
El edificio ha sufrido algunas modificaciones, pero aún sigue conservando el concepto de casa-patio con escaleras resaltadas en el lateral. La fachada mantiene su aspecto original de fortaleza con dos torres en los extremos y portada adintelada sin adornos. Se trata de un sobrio patio de doble altura, en el que se observa un estilo de transición entre el gótico y el renacimiento.
Fue construida para don Fernando de Acuña y Valenzuela, y su mujer, doña Juana de León Navarrete. El edificio es de finales del XVI de estilo manierista, y sigue el mismo modelo de todas las casas de la calle. La ventana está flanqueada por dos pilastras jónicas, con la heráldica de la familia de los Acuña y de los León, así como la cruz de Calatrava en el centro.
Se trata de una casa solariega de principios del siglo XVI. Se comienza a construir cuando la familia se desplaza al barrio extramuros, cediendo al Concejo su anterior casa ubicada en la plaza de la Catedral. Hoy son conocidas como las Casas Consistoriales altas. Lo que podemos ver de la casa original es una portada de puro estilo plateresco, con las armas heráldicas de los Cabrera y Alférez.
Se construyó en 1892 en un lenguaje claramente ecléctico, utilizando el neo mudejarismo como estilo, donde predominan los arcos de herradura. Algunos de los materiales fueron reutilizados de iglesias y bienes abandonados tras la desamortización.
Aquí se ubicaba un complejo que funcionó como colegio-seminario desde los primeros años del siglo XVII hasta la desamortización, cuando fue demolido, salvándose únicamente la iglesia. El entorno construido en la actualidad está destinado a residencia de ancianos.
La planta de la iglesia es de cruz latina, cubierta por una bóveda de cañón.
La portada se compone de dos cuerpos, el inferior consta de arco de medio punto con las representaciones de la Fortaleza y de la Esperanza con el escudo del obispo Raya. En el cuerpo superior de la portada destaca un importante relieve entre columnas que representa el éxtasis de San Ignacio, con gran cantidad de ángeles y querubines. Se remata con un frontón curvo y el escudo Real de los Borbones.
Tiene su origen en la fundación en el siglo XIV por los monjes franciscanos del convento de San León, abandonado años después y reformado por las monjas de Santa Clara, quienes dejarían su convento del barrio de San Juan, por este más amplio. Por ello en su fábrica se observa la evolución de los estilos.
A la iglesia se accede por una portada de medio punto plateresca con la figura de San Antonio.
En el interior, de la primitiva iglesia gótica de los frailes ha quedado un arco sobre pilares con decoración vegetal y de cabezas. El resto de la iglesia, de una sola nave y cabecera poligonal, es del XVI. Tenía una techumbre policromada que se perdió en 1953 durante las obras de restauración y el artesonado del coro bajo se trasladó al salón de plenos del Ayuntamiento, donde actualmente permanece.
El convento posee un claustro tardo gótico de doble altura con arcos.
Es uno de los ejemplos de la arquitectura ecléctica en Baeza. Fue mandado construir en 1875 por la familia de los Vela de Almazán.
La fachada está organizada a doble altura. El interior, está transformado y en el patio se pueden ver restos de las arcadas que lo conformaban.
A la izquierda de este edificio, está la fuente del Moro, del siglo XVII, fue una de las fuentes más importantes de la ciudad. En el siglo XIX se reformó para reconducir las cañerías de la casa de Vela de Almazán, de ahí que la fecha de los tondos sea 1882. En el muro principal aparecen los escudos de la ciudad y el escudo real.
Fue fundado en 1568 por el presbítero Don Núñez Marcelo como convento de la Orden de San Agustín. La iglesia, de una sola nave, es de mediados del siglo XVII. Se accede a ella por una portada de arco de medio punto con un relieve de la Magdalena penitente; en las enjutas los relieves de la Fe y de la Fortaleza. Como bienes muebles hay que destacar de manera especial el Cristo de la Caída, del XVII, obra atribuida a José de Mora.
Edificio de comienzos del siglo XVI que ostentó el título de Colegiata desde 1764 hasta 1852.
Destaca la portada de estilo plateresco, al lado de la torre cuadrada. En el nicho central de la portada principal aparece la figura de San Andrés, flanqueado por los escudos del obispo promotor, Don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce.
El interior es una gran nave principal formada por arcos apuntados con capillas laterales, en una de los cuales aparecen los escudos de los infanzones que intervinieron en la toma de Baeza. En el altar mayor, trazado por Vandelvira, en el siglo XVII se colocó el retablo de cinco calles con esculturas, del que destaca el camarín donde está la talla gótica de la Virgen del Alcázar.
Destacan también dos tallas procesionales del siglo XVII y nueve tablas góticas sevillanas de la segunda mitad del siglo XV.
Fue fundado en 1599 en el lugar donde existió el antiguo hospital de la Encarnación.
La portada de acceso a la iglesia está formada por un arco de medio punto entre pilastras con un altorrelieve de la Anunciación. El interior del templo es de una sola nave. Destaca el retablo barroco con la representación de la Virgen del Carmen, San José y pinturas de los fundadores de la orden.
Actualmente sigue siendo convento de Carmelitas Descalzas.
Los primeros frailes trinitarios se asentaron en Baeza en 1607 en la calle de las Platerías, y en 1615 se les da licencia para edificar una nueva sede, cuya construcción finaliza en el siglo XVIII.
En el exterior destaca la torre cuadrada, acabada de forma octogonal. La portada tiene un tímpano partido con el escudo de los trinitarios.
El interior es puramente barroco, y es el único ejemplo de planta elíptica en Baeza. En los años noventa se restaura principalmente la parte de la bóveda central, que está rematada con una cornisa de yeso decorado con motivos vegetales barrocos. Esta rehabilitación obtuvo el título de “Europa Nostra”.
La construcción que da unidad al edificio es del siglo XV, fecha a partir de la cual comienzan algunas remodelaciones. La portada de ingreso es del siglo XIII, de estilo tardorománico y es probable que perteneciera a otra Iglesia.
En el siglo XVI se hizo un intento de ampliación, que no llegó a completarse, como se observa en el patio. En el siglo XIX se le dio un aspecto neoclásico a todo el edificio que sería retirado y devuelto a su aspecto original durante los años 1968 a 1975.
El interior se distribuye con una planta basilical dividida en tres naves, de estilo gótico-mudéjar. Destaca el altar mayor con retablos barrocos.
Posee esculturas de calidad, así como un bajorrelieve de la Virgen de Val de Haro muy interesante.
Fundación de comienzos del siglo XVI dedicada a la cura de enfermos. En 1791 se extingue la Orden de San Antonio Abad, por lo que sus bienes son trasladados al hospital de la Concepción y se destina a casa de niños expósitos.
Gran parte de la construcción se arruinó a finales del siglo XIX, perdiéndose la Iglesia. La parte que quedó en pie, la perteneciente al hospital, se dedicó a orfanato, albergue de peregrinos y casa de vecinos. En una restauración llevada a cabo en 1976, se dedicó el espacio a casa de juventud, posteriormente Biblioteca y archivo. En la actualidad sigue dedicándose a este uso.
La fachada es sencilla sin apenas adornos, sólo un escudo de la orden, con la tau sobre águila bicéfala.
Aunque el interior está muy remodelado, aún conserva la escalera con la bóveda de media naranja y pechinas barrocas.
Esta ruta en torno a la figura del poeta sevillano y su relación con Baeza no le dejará impasible.
Estamos ante uno de los poetas más importantes de la literatura española, perteneciente a la Generación del 98 y enmarcado en el Modernismo. Tal fue su aportación, que el día 22 de junio de 1989 el Consejo Ejecutivo de la UNESCO aprobó por unanimidad declarar a Antonio Machado “POETA UNIVERSAL”.
Antonio Machado regresaría a su Andalucía natal después de su estancia familiar en Madrid, de sus viajes a París y de los años de profesor en el Instituto de Soria. Llega a Baeza en 1912, tras la muerte de su esposa Leonor, para impartir clases de francés en el instituto de enseñanza secundaria Santísima Trinidad, y que aún hoy día sigue abierto. Tal fue la importancia y repercusión que tuvo la estancia en Baeza en su obra, que supuso uno de los periodos más fecundos y profundos de su actividad literaria.
En Baeza, Machado inicia el cuaderno de apuntes editado tras su muerte con el título “Los complementarios”, y en 1916 escribe el poema «A la muerte de Rubén Darío», fallecido ese mismo año en febrero.
El 10 de de junio de 1916 tiene un encuentro con el joven estudiante Federico García Lorca, que viene en viaje de estudios junto con un grupo de alumnos de la Universidad de Granada, acompañados por el catedrático Domínguez Berrueta. Reunidos en la Antigua Universidad, Machado les leyó un poema de Rubén Darío. En una velada nocturna en el Círculo de Artesanos, García Lorca interpretó al piano diversas canciones populares y Machado leyó su poema «La tierra de Alvargonzález».
En octubre de 1919 obtiene el traslado al Instituto de Segovia, debiendo incorporarse el 26 de noviembre.
Nos encontramos en el pasaje Cardenal Benavides, donde está situado el histórico edificio de las Casas Consistoriales. Aquí, en el edificio que hace esquina con la calle de Gaspar Becerra, es donde vivió Antonio Machado, junto con su madre. Actualmente es de propiedad privada.
Una sencilla placa de cerámica, nos informa que aquí vivió el poeta. A esta casa llegó tras estar alojado durante un tiempo en el hotel Comercio, sito en la céntrica calle de San Pablo.
Es en este escenario, tras la muerte de su esposa Leonor, donde fluyen sus pensamientos más íntimos.
Desde este espacio don Antonio Machado marchaba todas las mañanas a dar sus clases de francés, a sus tertulias y charlas. Desde aquí caminaría paseo abajo para meditar por el camino que hoy lleva su nombre: “PASEO DE DON ANTONIO MACHADO” y contemplar el paisaje de olivares.
El edificio al que nos referimos era el que ocupara “la asociación de Artesanos” de Baeza en la calle Concepción. Esta sociedad desapareció, así como sus dependencias. En ese espacio es donde tuvo lugar una velada con Federico García Lorca.
La farmacia de Almazán, en cuya rebotica se celebraba una tertulia a la que asistía con frecuencia el poeta, estuvo situada en la calle de San Francisco, frente a las Ruinas del Convento del mismo nombre, muy cerca de la casa de Antonio Machado. Esta farmacia estuvo en funcionamiento hasta los años setenta del pasado siglo XX, y posteriormente demolido el edificio donde se encontraba.
Continuamos hacia la calle de San Pablo y encontramos frente al Nuevo Casino la mencionada escultura sedente de Machado. Se trata de una escultura que representa al poeta leyendo en un banco de la céntrica calle de San Pablo. Esta ubicación es uno de los principales puntos neurálgicos de Baeza y supone un homenaje permanente de la ciudad al poeta. De reciente ejecución, se inauguró en 2009 y el autor del conjunto es Antonio Pérez Mohedano.
En el siglo XVI se funda la universidad baezana y en el XVII se traslada a la ubicación en la que nos encontramos. Durante los siglos XVII y XVIII tendrá momentos de esplendor y grandeza junto con las otras universidades de Andalucía: Sevilla, Granada y Osuna, pero en el siglo XIX llega su decadencia, recibiéndo el primer anuncio de supresión en julio de 1807. Tras diversos resurgimientos y cambios de titularidad, en el año 1875 pasa a ser un Colegio de Humanidades que pronto será Instituto de Segunda Enseñanza. Será en 1912, siendo director don Leopoldo de Urquía, cuando llegue Antonio Machado a Baeza, evadiéndose del fallecimiento de su esposa Leonor.
En el patio columnado, se encuentra el aula donde impartió clases de francés hasta 1919.
El aula se conserva conforme la vivió Don Antonio: el mismo suelo hidráulico, los mapas de la época colgados en las paredes, los pupitres de los alumnos, vitrinas con fotocopias de documentos, la misma desgastada pizarra negra y el sillón de profesor; un armario con libros antiguos y un perchero con un paraguas junto con una maleta en una repisa, recrean el ambiente de la segunda década del siglo XX.
La Universidad Internacional de Andalucía homenajeó al poeta sevillano en el 70 aniversario de su muerte, quedando para la posteridad el "espacio machadiano". Se trata de uno de los rincones de los jardines de la sede de la UNIA, donde se instaló un busto de Antonio Machado. Es una escultura de mediados de los años 90 esculpida por el artista Melchor Zapata.
En este lugar se plantó una encina negra y se colocó una placa, en recuerdo de los descansos que Antonio Machado realizaba bajo este árbol cuando paseaba desde Úbeda a Baeza por el llamado "camino viejo".
En 1966 un numeroso número de intelectuales quisieron homenajear a Antonio Machado en Baeza. Sufragada por muchos voluntarios, se realizó por el escultor Pablo Serrano una cabeza de bronce para enmarcarla en un cubo de hormigón que diseñó el arquitecto Fernando Ramón y que se colocaría en el paseo de las murallas, por donde tantas veces paseó el poeta. Para aquel día Joan Miró diseñó un cartel conmemorativo y se editó un disco con las locuciones de Fernando Fernán Gómez, Francisco Rabal y Fernando Rey, pero por cuestiones políticas no pudo colocarse en esta ubicación hasta 17 años más tarde. Sería el 10 de abril de 1983 cuando se homenajearía a Machado con la inauguración de la escultura, instalada en el Paseo de las murallas, que a partir de ese día pasó a llamarse: “Paseo de Don Antonio Machado”.
A lo largo de este apacible paseo de Don Antonio Machado inaugurado en 1983, se puede pasear viendo el valle del Guadalquivir y los picos de sierra Mágina, a la vez que ir leyendo unas cartelas de piedra con poemas del poeta.
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Baeza - 2012
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